URSULA WOLF: “LOS HUMANOS Y LOS ANIMALES TIENEN DERECHOS MORALES”

La destacada filósofa alemana y profesora de la Universidad de Mannheim en Alemania, apunta a la falta de motivación moral como una de las principales razones que marcan la contradictoria relación que muchas veces establece el ser humano con los animales. “Hablar de derechos no es más que una abreviatura del hecho de que la moral protege a los individuos en tanto que son seres capaces de sufrir”, plantea la autora.

Ursula Wolf es profesora de filosofía, ha enseñado en la Universidad Libre de Berlín, en la Universidad de Frankfurt y actualmente es catedrática de la Universidad de Mannheim. Nació en Karlsruhe en 1951, cursó estudios de filosofía y filología clásica en Oxford y Heidelberg, donde se doctoró en 1978. Además de su extensa carrera docente, ha publicado varios libros sobre filosofía práctica y ética. Ética de la relación entre humanos y animales es uno de los terrenos en los que es experta y es además el título de uno de sus libros traducido al español y publicado por la editorial española Plaza y Valdés en 2014.

En cuanto a la relación entre humanos y habitantes, la autora despliega un amplio mapa conceptual en el que aborda aspectos controversiales y expone la inconsistencia entre ciertas teorías morales respecto de convicciones concretas. Consultada sobre el significado de una ética animal, Wolf parte por distinguir entre la «la ética animal» y «una ética animal». “La ética animal es la teoría de cómo podemos entender a los animales como objetos de moral, que son los conceptos apropiados para ello. Una ética animal es un determinado punto de vista sobre cómo se debe tratar adecuadamente a los animales”, afirma la académica.

– ¿Y cómo deberíamos tratar a los animales?

No hay respuestas generalizadas a esta pregunta, sino que debemos examinar las distintas formas en que tratamos a los animales. En primer lugar, hay que preguntarse que dimensión tiene el  bienestar de los animales. Luego, ver cómo difieren éstos en las distintas especies y etapas de desarrollo de los animales. Por último, queda preguntarse cuál es nuestra relación con los animales, si son animales salvajes a los que no debemos dañar o animales que viven en la sociedad humana a los que tenemos el deber de cuidar. Pero esto no puede explicarse brevemente; requiere descripciones detalladas y los resultados de la biología y la etología.

-En términos prácticos, ¿cómo y dónde se aplica esta ética?

Nuestro punto de vista ético animal se aplica siempre que las acciones humanas individuales o las prácticas sociales que tienen un impacto en el bienestar de los animales. Su aplicación no puede generalizarse, ya que depende de la situación concreta.

 

«En todos los ámbitos de la vida conocemos la situación en la que pensamos que algo es correcto, pero no estamos suficientemente motivados para hacerlo. Los motivos conocidos son la pereza, la costumbre, los intereses personales, y las personas son expertas en racionalizar las acciones incorrectas para poder suprimir la idea de que están haciendo algo malo”.

 

-En su libro Ética de la relación entre humanos y animales, usted apunta a la alimentación y la experimentación como los dos focos de mayor sufrimiento animal en manos de los humanos. ¿Qué cambios significativos se puede hacer al respecto?

Estos son los dos ámbitos más importantes en los que se utilizan animales a gran escala y a menudo en circunstancias cuestionables. En cuanto a la alimentación, los individuos pueden contribuir directamente absteniéndose de consumir productos cuya producción causa sufrimiento a los animales. Podemos vivir bien sin estos productos y suponiendo que muchas personas renunciaran a ellos, la industria que fabrica productos animales dejaría de obtener beneficios y colapsaría. Respecto de la experimentación animal es más difícil. Algunos argumentan que quienes están en contra de la experimentación con animales no deberían seguir utilizando medicamentos cuando están enfermos. Pero quienes están enfermos no suelen poder renunciar a los productos médicos, y quienes lo hacen tampoco están contribuyendo a la desaparición de la práctica. Esto se debe a que la experimentación con animales está profundamente arraigada en la historia de la medicina para probar los medicamentos. Los consumidores no pueden influir directamente pero sí indirectamente a través de la presión política; exigiendo que se reduzcan al mínimo los ensayos con animales o que se promuevan más los métodos alternativos.

– ¿Cuáles son esos métodos alternativos?

Métodos alternativos a los experimentos con animales juegan ahora un papel importante. Por ejemplo, se pueden utilizar cultivos celulares para producir tejidos corporales (incluidos órganos enteros) en los que se puede examinar la toxicidad de sustancias. Los efectos de las sustancias también pueden simularse mediante modelos informáticos. Además, los estudios epidemiológicos sobre grupos de población proporcionan información sobre el desarrollo de enfermedades.

Valores, no. Derechos, sí.

– ¿Cómo ve la relación entre humanos y animales hoy, particularmente con las mascotas? A ratos parece que pretendiéramos antropomorfizarlas, o bien reemplazar a los hijos por ellas.

No creo que haya nada fundamentalmente negativo en tener mascotas. Pero no tiene sentido antropomorfizarlos y tratarlos como sustitutos de los niños. Eso es malo para ambas partes. Las personas se ven frustradas en sus expectativas porque los animales no son un sustituto de los amigos humanos o los niños. Y los animales reciben un trato inadecuado si no se tienen en cuenta sus necesidades específicas. Pero los animales más desarrollados que tenemos como mascotas tienen un amplio abanico de comportamientos, por lo que hay muchas posibilidades de establecer relaciones significativas entre humanos y animales.

– ¿Qué significa un Valor inherente de cada ser por igual? ¿Quiere decir que el valor de una hormiga o un pez sería el mismo que el de un niño o niña?

La afirmación de un valor inherente es la opinión del filósofo estadounidense Tom Regan. Yo personalmente critico que se hable de valores porque creo que es equívoco y poco claro. La ética exige que tengamos en consideración a todos los seres sintientes que tienen un bien subjetivo. Todos esos seres cuentan y deben ser respetados; no hay base para diferencias de grado. Hay diferencias de hecho porque los seres tienen capacidades diferentes. Un niño tiene derecho a la enseñanza, un conejillo de indias no. Pero esto no quiere decir que el conejillo de indias valga menos, sino a que no tiene las capacidades y necesidades correspondientes. Sin embargo, tiene la capacidad de sentir dolor y esto debe ser considerado de la misma manera que en los seres humanos. Hablar de derechos no es más que una abreviatura del facto de que la moral protege a los individuos en tanto que son seres capaces de sufrir. Esta protección no tiene grados, como tampoco los tienen los derechos. O un ser pertenece al ámbito de los seres protegibles o no pertenece. No tiene sentido decir que pertenece a medias.

 

«No se trata de cuestiones de ética filosófica. Aquí deben confluir la motivación individual y las leyes. En Europa hay toda una serie de leyes y reglamentos. Pero cuando hay intereses económicos en contra, las leyes no se aplican y las violaciones no se sancionan, lo cual es posible porque los propios animales no pueden defenderse”.

 

– ¿A eso se refiere cuando habla de una teoría moral de los animales que debe cumplir dos condiciones básicas, no partir de ningún presupuesto de valor metafísico o religioso, y concebir al individuo como un límite de la acción humana?

En efecto, hablar de valores siempre está cargado de religiosidad o metafísica, y eso ya no convence a mucha gente hoy en día y no puede servir de base para una ética aceptable para todos. Los humanos y animales tienen derechos morales. Esto puede entenderse a partir de las ideas del filósofo inglés Ronald Dworkin, en el sentido de que representan un límite a nuestras acciones.

-¿Usted ha escrito que la aspiración a un bienestar fáctico de los animales nos ayuda a entendernos a nosotros mismo y a los demás animales? ¿Qué quiere decir con esto?

En la filosofía, soy seguidora de Aristóteles. Aristóteles dice que somos seres vivos y que una gran parte de nuestra alma, por la que los griegos entienden nuestras actividades vitales, es común a nosotros y a los animales, a saber, el movimiento, el deseo y el afán, los sentimientos de placer y displacer y, en general, nuestra orientación hacia el florecer de nuestra propia vida. Somos una especie de mamíferos, sólo que, en un nivel más complicado, porque entre los deseos y la acción puede interponerse la deliberación práctica, que los animales no tienen.

-¿A que se refiere cuando dice que la falta de motivación moral de los seres humanos es lo que hace que perdure el sufrimiento de miles de animales, incluso en países como Alemania y Suiza, donde su protección tiene rango constitucional? ¿Cómo se explica esta falta de motivación moral?

No se trata de una cuestión de ética filosófica, sino de psicología. En todos los ámbitos de la vida conocemos la situación en la que pensamos que algo es correcto, pero no estamos suficientemente motivados para hacerlo. Los motivos conocidos son la pereza, la costumbre, los intereses personales, y las personas son expertas en racionalizar las acciones incorrectas para poder suprimir la idea de que están haciendo algo malo.

-¿En qué otros casos, además de la ganadería intensiva, está pensando cuando dice que no hay justificación moral posible que suponga un sufrimiento animal?

Las corridas de toros, la caza, la cría de pieles, las peleas de gallos, formas de pesca que se asocian a muertes agónicas, y otras situaciones por el estilo.

– Y, ¿cómo se concilia nuestra alimentación en base a animales (carnes, peces, etc..) y el respeto al bienestar de todos los animales?

Hay que saber que podemos seguir fácilmente una dieta sana sin carne ni pescado, es decir, vegetariana. Es algo más difícil, pero también posible, hacerse vegano, es decir, evitar productos animales como la leche y los huevos. Sin embargo, no creo que sea imperativo hacerlo. Dado que la ganadería industrial causa sufrimiento, sin duda tendríamos que consumir menos productos animales. En cuanto al vegetarianismo, hay que distinguir entre infligir sufrimiento y matar animales. Aparte de los animales muy desarrollados que tienen un estadio preliminar de autoconciencia, la cuestión sería si la prohibición de matar es aplicable a los animales. No estoy del todo decidida al respecto ya que los animales superiores al menos tienen una referencia fáctica del futuro. Siempre que se mate a los animales de forma inesperada, sin dolor y sin miedo, podría considerarse aceptable.

-En teoría, uno pensaría que la mayoría de las personas no desea el sufrimiento de los animales, pero en la práctica esto no sucede. Se habla de concientizar, pero no parece tan efectivo como método. ¿Se necesitan más leyes estrictas para producir cambios reales?

No se trata de cuestiones de ética filosófica. Aquí deben confluir la motivación individual y las leyes. En Europa hay toda una serie de leyes y reglamentos. Pero cuando hay intereses económicos en contra, las leyes no se aplican y las violaciones no se sancionan, lo cual es posible porque los propios animales no pueden defenderse. Deberían ser los individuos y las organizaciones de protección de los animales quienes se encarguen de vigilar esto, y lo están haciendo, pero aún no es suficiente.

-¿Cómo ve el futuro en la relación de humanos y animales? ¿Hemos avanzado hacia algo mejor o seguimos sin tomar una conciencia profunda de esta relación?

Mucho ha cambiado desde que Peter Singer (filósofo australiano) iniciara el movimiento de ética animal hace unos 50 años. Esto concierne sin duda al nivel de consciencia. Como ya mencioné, los cambios prácticos son lentos, pero también ha habido avances significativos en este aspecto.

Compartir
Hashtag

Relacionadas